2006: Fallece el ex matarife, cantor y estudioso de la cueca Fernando Alfonso González Marabolí, fundador del grupo Los Chinganeros.
Septiembre 11, 2005

Toda esa onda cuequera

Contardo, Oscar

Arrabalera en su origen, la cueca brava resurgió en los 90 muy de la mano de La Negra Ester y con la ayuda de Los Tres y MTV. Quién lo diría. Cueca cool de viejos bravos y juventudes rupturistas.

Corría 1971 y el grupo Aparcoa, fiel exponente de la Nueva Canción Chilena, entra en contacto con Nano Núñez, cuequero de cueca brava, urbana, sin poncho ni tinajas, sino de terno, del que se guardaba para las visitas a las casas de gastar (de remolienda, se entiende), con un único objetivo: la fiesta. Aparcoa, muy por el contrario, era parte del legendario movimiento musical que había abrazado los sonidos andinos, el charango y la estética altiplánica como bandera de expresión de lo propiamente chileno, o al menos latinoamericano con fines más altruistas y menos carnavalescos. Mal que mal eran los setenta. Nano Núñez los escuchó, y en lugar de dar un juicio sobre su música, les preguntó: "¿Por qué en lugar de cantar con quena no cantan una cueca?".
Fuente: El Mercurio de Santiago

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Agosto 8, 2005

"Los Chinos" y "La Carmelita"

Carrizo, Alberto (Poeta y escritor)

Era sábado y la tarde avanzaba, en medio de las "cajas" y pitos y bombos que pregonaban la fe católica de la "Octava" de la Fiesta de La Tirana; la plaza Arica, del barrio El Colorado, estaba colmada de bailes iquiqueños, que venían a refrendar todo el ceremonial ya ofrecido en el desierto mítico y místico, donde cada año se produce el real "milagro" de las doscientos mil personas, venidas, no sólo de regiones nuestras, sino que de muchos puntos inimaginables del planeta.

Estandartes, palios y altares presidiendo los diversos grupos religiosos, voces ordenando el ritual que devendría pronto entrada al "calvario", saludo a la Virgen, danzas, misa del alba, horas y horas de nuevas ofrendas coreográficas de los centenares de danzantes-peregrinos-mandantes-servidores y finalmente la despedida.

Era un espacio emocionalmente sacro que desbordaba las calles adyacentes y con síntomas distintos a los observados en el poblado del desierto: ambiente sereno pese al frío que exigía movimiento, orden en la espera, un comercio distante de la iglesia, que no restaba a las horas, su solemnidad. "La Tirana chica", en suma, era un refugio de la familia que deambulaba sin riesgos. Un ejemplo de inteligencia colectiva hacia la sacralidad.
Fuente: La Estrella de Iquique

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Agosto 3, 2005

La Tirana

Díaz Araya, Alberto (Historiador)

¿Qué tradiciones encierra la fiesta de La Tirana y todas las otras festividades que se celebran en la América Andina? Creo que es un antiguo acto que incluye en menor medida elementos de las sociedades precolombinas y en el mayor de los casos la tradición cristiana, donde bajo una lógica de hibridez cultural los grupos humanos a lo largo de la historia dinamizan los rituales entre la cordillera y el mar. Hay que considerar que con la llegada de los españoles comienza una transformación de todos los sistemas que las sociedades habían construido en siglos pasados.

Cambios en la estructura política, en la organización intra comunidad y en las creencias religiosas, debido a la imposición forzada de una cultura, ideología y política exógena, que no respetó ni menos valoró los complejos sistemas de vida que en el área andina se habían elaborado. Fue una cultura dominante que se impuso, bajo la sombra de la espada y la cruz y motivada por el honor y la gloria personal, la búsqueda de riquezas y la cristianización de los "gentiles", a una población que se vio diezmada al perder sus tradiciones y también sus vidas, producto de la invasión.
Fuente: La Estrella de Iquique

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Mayo 20, 2005

Andacollo: Tradición y fe religiosa

Revista Mensaje

El primer domingo de octubre en la llamada Fiesta Chica y el 26 de diciembre en que se celebra la Fiesta Grande, miles de fieles se dan cita en este rincón chileno, incrustado en la montaña, para rendir tributo a Nuestra Señora del Rosario. Se calcula una asistencia de 30.000 y 150.000 personas, respectivamente, devotas todas, impregnadas de fe, quienes con el correr del tiempo han ido formando una tradición en este género, considerada como la más grande y significativa, no tan sólo del país sino de toda América.

Andacollo, con unos 120.000 habitantes, asentada en una montaña preñada de oro y cobre, a 1.050 metros sobre el nivel del mar y a 54 kilómetros de La Serena, fue llamada "la California chilena" a comienzos de siglo, cuando el noble metal era extraído de sus lavaderos por esforzados y sufridos pirquineros, quienes en las profundidades de la tierra buscaban el sustento diario encomendando su suerte y destino a la Reina de la Montaña. En la actualidad su inagotable riqueza continúa ofreciéndose, por lo que la característica del lugar permanece inalterable en relación con su hermoso y significativo pasado.
Fuente: Revista Mensaje

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Mayo 8, 2005

El dum-dum de los tambores

Díaz, Iñigo


La Orquesta Huambaly con su cantante Humberto Lozán puso a los chilenos a mover las caderas.
En la música chilena, produjo una revolución. Pero pudo haber sido mayor.

Que un grupo de damas curicanas realizaran furiosos reclamos a El Mercurio en abril de 1929 por la visita de la salvaje bailarina y cantante afroamericana Josephine Baker (1906-1975) no significaba más que un hecho aislado. Real, pero olvidable.

"Como en Chile no hubo habitantes negros, tampoco hubo conflicto con su música. No era considerada amenaza general como ocurrió en Estados Unidos o en Colombia, donde al bogotano le costó mucho abrirse a la cumbia". Para Juan Pablo González, musicólogo de la UC, el efecto de la música afro en nuestra gente tuvo más bien un efecto positivo: liberaba al chileno medio, lo sacaba de su posición secundaria, del miedo al ridículo y de su sempiterna expresión a bajo volumen.
Fuente: El Mercurio de Santiago

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