"La mejor y más verdadera parte de un
pueblo es sin duda mucho más lo que no
se deja integrar al sujeto colectivo y,
en lo posible, le resiste". (Adorno)
Introducción
La música es un poderoso elemento de preservación cultural, puesto que constituye el medio más directo para expresar los sentimientos del hombre y de todo lo que a él le es más significativo. Por esta razón se considera el arte sonoro como el argumento supremo para revelar la filiación étnica de un pueblo, especialmente cuando se trata de comunidades que, por su aislamiento de centros urbanos o de influencias extrañas, conservan con mayor vigor la supervivencia de sus tradiciones ancestrales.
El intento de aproximación a un relato musicológico de las músicas de los pueblos andinos resulta una tarea compleja cada vez que América y su música "representa en sí misma un objeto de estudio demasiado vasto, una constelación de mundos demasiado compleja y, como idea, un concepto demasiado extenso como para ser definida a través de un supuesto rasgo común", teniendo presente, por lo demás, que en nuestro continente convergen una conjunción de tradiciones musicales diversas que se entrelazan en un proceso permanente de sincretismo. Por lo demás, Gabriel Castillo Fadic arguye que "se dibuja en América un vacío epistemológico profundo que no alcanza a llenarse con los aciertos marginales de la musicología histórica y de la etnomusicología. Vacío que denuncia, a contraluz, la ausencia persistente, [...] de una teoría crítica adecuada a la comprensión de los fenómenos musicales tal como estos acontecen en la inmediatez territorial de la cultura". Otro
"problema fundamental de la historia americana estriba en explicar satisfactoriamente la aparición de América en el seno de la Cultura Occidental, porque esa cuestión involucra, ni más ni menos, la manera en que se conciba el ser de América y el sentido que ha de concederse a su historia".
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Juan Jusakos siempre tiene en mente nuevos desafíos musicales. Sus innumerables proyectos han permitido llevar el estandarte de la música a los rincones más alejados de la región y también de Sudamérica.
Acompañado de su infaltable violín, este inquieto profesor de origen griego demuestra en cada una de sus presentaciones una pasión sin límites. Es, simplemente, la magia del arte.
Recuerda que siendo muy niño sintonizaba la Radio Calama para escuchar y dirigir -imaginariamente- las piezas de música clásica que incorporaba la programación de dicha emisora. Más tarde, su padre le encomendó al profesor Juan Rojas Martorell que le impartiera clases de violín. A esa altura ya parecía haberse despertado una vocación que se mantiene inclaudicable hasta hoy. Por eso, no resultó extraño que este chuquicamatino al ingresar a la Escuela Normal de Antofagasta, lo hiciera con el mismo violín bajo el brazo convertido ya en amigo fiel e inseparable. Juan Jusakos Calfa, premunido de su flamante título de profesor de Estado en Educación Musical, exhibe una trayectoria plena de logros con etapas de perfeccionamiento en Chile y el extranjero.
Fuente: El Mercurio de Antofagasta
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