2006: Fallece el ex matarife, cantor y estudioso de la cueca Fernando Alfonso González Marabolí, fundador del grupo Los Chinganeros.
Diciembre 7, 2005

Bravo, Nano Núñez

Ponce, David

David Ponce entrevistó hace unos meses a Hernán Núñez Oyarce para LCD, la sección de cultura de La Nación Domingo. Aquí el periodista recuerda a uno de los artistas más importantes y menos reconocidos de Chile.

Para llegar a la casa de Hernán Núñez Oyarce hay que bajarse en la Alameda a la altura de la Pila del Ganso, caminar nueve cuadras hacia el sur por Toro Mazotte y doblar por la calle Naturalista Pavón hasta llegar casi al Hogar de Cristo. Hasta hace un par de días el propósito podía ser ir a saludar, pasar a comprar uno de los panderos hechos a mano por el dueño de casa, llevarse un ejemplar de su invaluable libro ‘‘Mi gran cueca’’, conversar o aprender una cueca cantada por él mismo ahí al frente. Ahora el propósito es distinto. La casa va a estar ahí para una despedida. Hoy saldrá de ahí para ser sepultado Nano Núñez, el más prolífico y veterano cantor y autor de cueca chilena.

La urgencia al salir de esa casa era siempre la misma: urgencia de registrar cada palabra, verso, entonación o recuerdo del barrio que se sabía Hernán Núñez, con 91 años de experiencia viva en el cuerpo.
Fuente: La Nación

Seguir leyendo...


Diciembre 6, 2005

La cueca es otra cosa

Rojas, Mario

Nano Núñez nos hizo ver que la cueca era algo distinto a lo que la mayoría de nosotros pensábamos. Porque la gente no entiende qué es la cueca. Creen que es lo que cantan los grupos de canto y danza. Pero eso tiene un valor simbólico, de una oficialidad de Estado, pero no es cueca. La cueca es otra cosa: es lo que nos enseñó Nano Núñez. Que tiene una tradición, un arraigo mucho más poderoso y vinculado a la chingana, en los barrios de Independencia. Es la cueca urbana, y según Nano Núñez, la única; la otra es un subproducto. Y alguien que está convencido de algo así es alguien muy poderoso.

Aparte de ese aporte histórico, él ha sido un gran aporte creativo. Hay muy pocas personas que hayan escrito cuecas tan bellas como las suyas. Pero la gran masa no tiene idea qué es una buena cueca de una mala. Y eso es lo que hay que cambiar ahora.
Fuente: El Mercurio de Santiago

Seguir leyendo...


Octubre 25, 2005

Juan Orrego Salas y Gustavo Becerra: Pilares chilenos de la composición musical

Mandujano, Víctor M. - Dìaz, Iñigo


AUTORIDAD. Juan Orrego Salas ha consagrado toda su vida a la composición. Obtuvo el Premio Nacional de Arte en 1992.
Discípulos de P.H. Allende, ambos compositores residen en el exterior y examinan el proceso musical en el país.
A los 84 años, Juan Orrego Salas, Premio Nacional de Música 1992, luce impecable. Su secreto, dice, es el ejercicio físico, a lo que habría que añadir su constante disciplina creativa.

Hasta el momento tiene 126 obras en catálogo, la mayoría de ellas desconocidas en Chile. Y pudieron ser más, "porque yo mismo retiré muchos pecados de juventud", ironiza.

Residente en Estados Unidos desde 1961, con el auspicio de la Fundación Rockefeller estableció el Centro de Música Latinoamericana en la Universidad de Indiana (Bloomington), del que fue su director hasta 1987, cuando se acogió a retiro como profesor emérito.

Está de nuevo en el país porque quiso agradecer el homenaje que la Orquesta Sinfónica le tributó este viernes y sábado, en homenaje a su trayectoria, interpretando dos de sus obras tempranas: "Cantata de Navidad" Op. 13 y "Serenata Concertante" Op. 40.
Fuente: El Mercurio de Santiago

Seguir leyendo...


Octubre 23, 2005

Cora Bindhoff en el recuerdo

Merino Montero, Luis


Cora Bindhoff tuvo una multifacética labor en la música chilena.
Al cumplirse un decenio de su partida, el formidable legado que nos dejó mantiene plena vigencia, acorde con el amor que ella tuvo por la música, como un componente fundamental en la formación integral del ser humano.

El 27 de octubre de 1995, a la edad de 90 años, falleció en Santiago la gran educadora Cora Bindhoff. Gracias a los estudios que realizó en prestigiadas instituciones de Chile, Argentina, Bélgica y Alemania (Berlín), alcanzó una completa preparación en la música que le permitió desempeñarse, entre otros cargos, como profesora de cátedra de piano del entonces Conservatorio Nacional de Música de la Universidad de Chile.

Fue en la educación musical general donde concentró una parte importante de su vida y su quehacer, en lo que respecta al trabajo en aula, tanto como en los aspectos curriculares, técnicos, metodológicos y musicales.

El año 1966, señaló en la Revista Musical Chilena que la educación musical en las escuelas, "debe salir al encuentro y llevar la música a todos los niños sin distinción de condiciones específicas, como medio de enriquecer y recrear sus vidas capacitándoles para participar, en la medida de sus posibilidades, en las diferentes actividades musicales que incluyen la audición inteligente de la música culta, con comprensión de su lenguaje estilístico y formal; el canto coral, la actividad instrumental y dancística y la libre expresión creadora a través del movimiento, palabra y sonido musical".
Fuente: El Mercurio de Santiago

Seguir leyendo...


Septiembre 25, 2005

Isidora Zegers y su tiempo

Muñoz H., Juan Antonio

Escuchar el disco "Isidora Zegers y su tiempo" es remitirse a un tiempo que se fue, a un repertorio de salón y a un ambiente que Chile ha tratado de mantener vivo: ese cenáculo de ideas y de música que todavía vibra gracias a la fuerza de personas como la pianista Erika Voehringer y el doctor Enrique del Solar, entre otros.

En el comportamiento social, la palabra "tertulia" designó las reuniones de personas que se juntaban para conversar y distraerse. Una extensión de esto se produjo cuando empezaron a ser un signo de buen gusto y les fue añadido algún pasatiempo musical. El salterio y el clavicordio, introducidos hacia 1765, eran los instrumentos por excelencia de las primeras tertulias; más tarde fue el turno del piano. Y los bailes, cuando los había, eran el fandango, el zapateo, el minuet y la contradanza.

Una vez iniciado el siglo XIX, la esposa del presidente Luis Muñoz de Guzmán, señora María Luisa Esterripa, mantuvo en palacio una de las más importantes tertulias chilenas. El musicólogo y compositor Samuel Claro Valdés, en su libro "Historia de la música en Chile", escribe que "llamada la Bella Marfisa, introdujo en la sociedad santiaguina muchas costumbres de buen tono, el cultivo social de la música y la afición al piano. En su tertulia se cantó la canción «Anise» de Bernardo Vera y Pintado y por su influjo se estrenó, en 1803, la loa «El amor vence al deber» de Juan Egaña".
Fuente: La Música, EMOL

Seguir leyendo...